martes, 16 de enero de 2018




¿Sabes lo que masticas?





¿Perteneces al grupo de gente al que le encanta estar siempre masticando chicle?
 Muchas personas mastican chicle como un snack simplemente porque les gusta el sabor o la distracción que proporciona. Algunas personas lo mastican como una herramienta para reducir los antojos de alimentos.





¿Es bueno o malo masticar chicle?
Según algunos estudios, el chicle no es bueno ni malo: todo depende, a continuación explicaremos unos argumentos a favor y en contra:

A favor:

Reduce el apetito: las personas que mastican chicle, comen menos golosinas ricas en calorías.


Reduce la caries: el xilitol, edulcorante que se añade a algunos chicles sin azúcar, podría reducir la caries porque impide el crecimiento de streptococcus mutans, la principal bacteria causante de caries.

Reduce la acidez estomacal: masticar chicle aumenta la cantidad de saliva, lo que ayuda neutralizar el ácido del estomago. Conviene elegir chicles con sabor frutal y evitar los de menta.

Ayuda a dejar de fumar: los chicles con nicotina han ayudado a muchas personas a dejar de fumar.


Alivio de náuseas: Los componentes de la menta disminuyen las contracciones del estómago.

En contra:


No conviene abusar: el chicle no es un alimento y no conviene abusar de él. No es más que goma y aditivos, si engañamos al organismo y estamos masticando durante mucho tiempo sin nada en el estomago no es muy positivo: puede generar gases, acidez, irritación intestinal e incluso diarreas.


Azúcar, exceso de peso y caries: no conviene masticar chicles con azúcar, ya que engordan y provocan caries.


Malo para la gastritis: quienes sufren gastritis no deberían abusar de los chicles. Lo mismo, quienes tienen problemas de exceso de gases intestinales.

Ojo con el aspartamo: es un edulcorante usado en algunos chicles sin azúcar, contiene fenilalanina, una sustancia peligrosa para quienes padecen fenilcetonuria, enfermedad hereditaria que afecta el desarrollo del cerebro (los chicles que la contienen llevan una leyenda de advertencia). Para los adultos sanos, la fenilalanina es inocua. Habría que masticar más de 290 chicles para exceder el límite seguro.


Ojo con el sorbitol: algunos chicles sin azúcar tienen una sustancia llamada sorbitol que puede ocasionar diarrea crónica y dolor estomacal si se ingiere en exceso.

Dolor en la mandíbula: masticar chicle fuerza las articulaciones témporo-mandibulares y, si estas se desgastan, el cierre de la boca se altera, podría causar desequilibrio en el musculo de la mandíbula (si se mastica en un lado más que en el otro), Si sueles apretar los dientes al dormir, no conviene abusar del chicle: con sólo 20 minutos de masticar se agravará su dolor de mandíbula.

Cada vez que se utiliza en exceso un cierto conjunto de músculos, con el tiempo podría causar contracción muscular y dolor, incluyendo dolores de cabeza, dolores de oído, dolores de muelas.


                   


Otro gran problema de los chicles
La gran mayoría de la gente, una vez que se ha cansado de masticar el chicle, suele tirarlo al suelo o pegarlo en cualquier lado, y pocos saben que son peligrosos para la salud, especialmente para los más pequeños.

Los chicles masticados y pegados en la vía pública son un foco de infección, ya que cada chicle puede albergar hasta miles de bacterias y hongos recogidos del medio ambiente en que se encuentra.

Ese pequeño trozo de goma de mascar puede contener, por ejemplo, bacterias de tuberculosis o salmonelosis que se esparcirán por el aire, y a la vez actúa como un acumulador de polvo, tierra y suciedad en las calles. 

Cuando un niño toca y entra en contacto con el chicle también lo hace con los miles de bacterias y hongos que puede contener.

Para que esto no suceda, al desechar un chicle masticado, lo tendríamos que hacer envuelto en un trozo de papel o la propia envoltura del chicle y tirarlo a una papelera o cubo de basura.

Quitar los chicles del suelo es un trabajo difícil: cada uno debe rasparse a mano o arrancarse con una máquina especial; además, es muy caro: en algunas ciudades, despegar un chicle del suelo cuesta más del doble de su precio en los quioscos

Si practicamos con el ejemplo los niños aprenderán a hacerlo también así y evitaremos los riesgos que conlleva.

Con un chicle puedes hacer pompas, pasar el rato, quitarte el mal aliento y muchas cosas más, pero recuerda: no lo tires al suelo. 

                     

¡¡Disfrútalo, pero con moderación!!



Mari Carmen Sillero Blanco

Susana Labella Perera

Daniel Jesús Reyes Troya

Elena Rodríguez Muñoz